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sábado, 5 de enero de 2013

Descubriendo a Sarah Kane

Pocas dramaturgas han logrado hacerse un nombre en la Historia del Teatro. No así actrices, cuya belleza, templanza y sensibilidad sobre el escenario. La revista teatral con 130 años de historia The Stage declaró a Judi Dench la mejor actriz teatral de la historia. ¿Pero qué pasa con los otros dos grandes oficios del mundo del teatro? Cada día es más común ver a directoras llevando la batuta de proyectos teatrales, si bien la cartelera la siguen copando grandes nombres masculinos. ¿Y qué pasa con la escritura? ¿Cuántos guiones teatrales escritos por mujeres pueden llegar a nuestras manos?

Hoy os traigo a una de las dramaturgas que más me conmueve, por su obra, por su vida y por lo injustamente desconocida y poco representada. Su nombre es Sarah Kane, nació en Inglaterra en 1971 y se suicidó en 1999 a la edad de 28 años. Su amor por el teatro empezó en la adolescencia leyendo grandes nombres como Chéjov, y estudió Teatro en la Universidad de Bristol. Ya desde entonces arrastraba las continuas depresiones que provocarían el trágico desenlace de su corta vida. En 1994 escribe su primera pieza, Sick, una trilogía de monólogos sobre la bulimia, la violación y la sexualidad que escandalizó a muchos y fascinó a otros tantos. Estrenó sobre las tablas por primera vez en el 95, Blasted, que la crítica tachó de obscena y violenta, pero que logró el reconocimiento de autores tan importantes como Harold Pinter. Las pocas obras que estrenó después tratan todas la violencia, la soledad y la decadencia humana, siendo sus obras más reconocidas Cleansed y 4:48 Psicosis, en las que trata sus continuos encierros en hospitales psiquiátricos. Unas 150 pastillas antidepresivas y 50 somníferos no acabaron con ella, pero aprovechó una hora de ausencia de las enfermeras en el hospital donde la ingresaron para ahorcarse en el baño. Tras su muerte, con la crítica ya fascinada, la Royal Court Theatre repuso todas sus obras.


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